Atención (3). Búsqueda y preparación. Teorías de atención

Búsqueda: nuestros ojos exploran constantemente  nuestro campo de visión con movimientos rápidos determinados por nuestras intenciones, nuestras experiencias previas y por el modo en el que los ojos se mueven. Somos capaces de buscar sistemáticamente para detectar un objetivo determinado. El sistema está plenamente desarrollado a los 6-7 años y se va oxidando con el paso del tiempo.

Existe evidencia empírica de un proceso en nuestros patrones de visión que puede contribuir a la búsqueda constante de novedades. Se denomina inhibición de retorno e implica que hay pocas posibilidades de que las personas vuelvan a prestar atención a un estímulo al que ya han prestado atención recientemente.

Preparación: la experiencia previa predice donde o cuando un evento importante ocurrirá y nos preparamos para percibirlo.

Teorías de atención

Teorías estructurales: la atención perceptual está  limitada estructuralmente: hay un filtro en algún lugar a través del cual la información de los estímulos pasa individualmente. Según Broadbent y su modelo de selección temprana, este filtro funcionaría justo después del registro por el sistema sensorial del estímulo y antes de que el significado del mismo pueda ser determinado. Sin embargo, en el modelo de selección tardía desarrollado por Deutsch and Deutsch la información que llega al sistema sensorial es analizada de modo preliminar. El filtro funcionaría a un nivel de procesamiento más o menos consciente, cuando el material llega a un sistema de memoria más a largo plazo.

Otros modelos sugieren que los recursos de la atención pueden ser agotados por una tarea y que podemos asignarlos de manera flexible según el esfuerzo, la motivación y las capacidades de la persona (Kahneman).


Atención (1)

Nuestros sentidos reciben constantemente información del mundo exterior y nuestra habilidad para procesarla es limitada. Las diferentes maneras de seleccionar esa información se agrupan bajo la etiqueta general de atención. No hay una definición única puesto que los criterios para definirla son muy diversos debido a la complejidad del proceso.

Se habla de atención interna para referirse a la capacidad del individuo para atender sus procesos mentales y atención externa la captada por un estímulo externo.

Hablamos de atención voluntaria si el individuo decide centrarse en una actividad específica e involuntaria cuando prestar o no atención depende de la fuerza con la que el estímulo llega al sujeto.

La atención abierta va acompañada de respuestas motoras y la atención encubierta no tiene una respuesta perceptible.

La atención dividida es captada por varios estímulos y la selectiva se centra en un único estímulo.

Podemos orientar  la atención hacia la fuente de un cambio repentino en el mundo sensorial. Filtramos y seleccionamos los eventos prestando atención solo a uno de los canales de información (Broadbent). También podemos buscar estímulos relevantes en el medioambiente, características determinadas o combinaciones particulares de características. E, igualmente, podemos preparar nuestra atención para la percepción de un estímulo, por ejemplo cuando escuchamos antes de percibir las pisadas de alguien que se acerca.